Educación feminista
Como todos y todas sabemos ya, estos días se ha producido el asesinato de Laura Luelmo en Huelva. Ya estuvimos comentando el tema en clase, pero hoy me gustaría compartir con vosotras y vosotros por qué pienso que es tan importante impartir una educación feminista en las aulas para evitar este tipo de desgracias.
Día a día vemos en las noticias casos de violencia machista, hombres que maltratan a mujeres, que las violan y que las asesinan. En España se denuncia una violación cada ocho horas (a las que hay que sumarle las que no se denuncian). Y es que el machismo está por todas partes, vivimos en una sociedad patriarcal en la que todas y cada una de las personas contribuimos a sostener este sistema. La violencia machista es como una pirámide: en la cúspide están los asesinatos y las violaciones, pero en las partes inferiores están esas palabras y esos actos que están normalizados y que tenemos interiorizados, pero sobre todo, que están aceptados por la sociedad. Ellos son la base de la pirámide, que sostiene todo lo demás, y son los micromachismos, la cosificación de la mujer en los medios de comunicación, o incluso el lenguaje.
La lengua española es especialmente machista, en primer lugar porque se suele utilizar la forma masculina de las palabras para nombrar a un grupo formado por hombres y mujeres, aunque la mayoría sean mujeres. Y esto es un error porque lo que no se nombra, no existe. Por otro lado, muchas palabras tienen diferente significado según si las decimos en masculino o en femenino. De este modo, un zorro es alguien astuto y una zorra es una prostituta; un golfo es un pillo, un sinvergüenza, y una golfa es una prostituta; un perro es alguien despreciable y una perra es una prostituta; un fulano es una persona sin identificar y una fulana es una prostituta; utilizamos palabras como "nenaza" como insulto, y los genitales masculinos se utilizan para destacar algo muy bueno ("esto es la polla"). Sin embargo, si algo es "un coñazo" es insoportable.
La lengua española es especialmente machista, en primer lugar porque se suele utilizar la forma masculina de las palabras para nombrar a un grupo formado por hombres y mujeres, aunque la mayoría sean mujeres. Y esto es un error porque lo que no se nombra, no existe. Por otro lado, muchas palabras tienen diferente significado según si las decimos en masculino o en femenino. De este modo, un zorro es alguien astuto y una zorra es una prostituta; un golfo es un pillo, un sinvergüenza, y una golfa es una prostituta; un perro es alguien despreciable y una perra es una prostituta; un fulano es una persona sin identificar y una fulana es una prostituta; utilizamos palabras como "nenaza" como insulto, y los genitales masculinos se utilizan para destacar algo muy bueno ("esto es la polla"). Sin embargo, si algo es "un coñazo" es insoportable.
Es necesario abrir los ojos y ser conscientes de los comportamientos machistas que tenemos. Debemos deconstruirnos y analizar todos nuestros comportamientos habituales y nuestro lenguaje. Es un proceso a lo largo del cual cometeremos muchos errores y que resulta muy difícil, especialmente para los hombres, puesto que supone perder los privilegios que tenían hasta ahora. Porque si la mitad de la población no puede ir tranquila andando por la calle sin miedo a no volver a casa, no es un derecho, es un privilegio. Se pide endurecer las leyes, pero si no atacamos el problema desde la educación, no solucionaremos nada.
Desde la etapa de infantil es necesario educar al alumnado en el feminismo. Evidentemente no vamos a explicar con 4 años qué es el mansplaining o el manspreading, pero sí debemos explicarles que chicos y chicas somos iguales y que ninguno es mejor, y que niños y niñas pueden jugar a lo que quieran, independientemente de que sea fútbol, muñecas, comba o coches. Además, deberemos ofrecer ejemplos de personas importantes tanto de hombre como de mujer, igual que con las profesiones. Si mostramos a Einstein, también a Marie Curie; si hablamos de bombero y de enfermera, también de bombera y enfermero.
Por otro lado, es muy importante revisar nuestra forma de dirigirnos a los más pequeños, ya que desde que nacen según el color con el que los vestimos (azul o rosa, otro tema que da de qué hablar) nos dirigimos a ellos de una forma o de otra. A la niña se la trata con delizadeza y se la inclina a ser guapa y bonita. Al niño se le trata más bruscamente, llamándole fuerte, grande, valiente... Nada que ver. Este vídeo muestra un experimento en el que podéis ver claramente a lo que me refiero:
A los hombres se les inclina hacia la acción y la impulsividad, se les educa para ser líderes, para ser fuertes, para ser "machos". A las mujeres se las dirige hacia la reflexión, a ser sumisas y obedientes y a entregarse al cuidado de los demás. Pero todo esto no se les dice a los niños y a las niñas así, sino que se les transmite con pequeños gestos. Desde las aulas debemos orientar a los niños hacia la reflexión y a las niñas hacia la acción para compensar esta desigualdad que les transmite la sociedad. Y es que desde infantil podemos observar ya diferencias en el comportamiento de ambos, especialmente cuando son más conscientes de su identidad de género. Un ejemplo es la cesión del espacio. Es habitual ver que en una mesa están sentados un niño y una niña juntos, y el niño tiende a ocupar más espacio con sus cosas, espacio que, por supuesto, quita a la niña.
En conclusión, si queremos acabar con las noticias como estas, debemos trabajar desde la educación, ofreciendo al alumnado una educación feminista y basada en la igualdad entre hombres y mujeres. Debemos ser el ejemplo feminista en el que puedan apoyarse e imitar. Que desde sus primeros años aprendan a ver ese tipo de pequeños gestos machistas como algo que no debe ser así, como algo fuera de lugar. Y por supuesto, ofrecer una educación sexual de calidad, explicándoles todo lo que deben saber y no dejando esto en manos de la pornografía y de Internet. Así nos ahorraremos muchas violaciones y muchos disgustos.
Reflexionad sobre ello.
P.D.: Este tema da mucho sobre lo que hablar, como el acoso callejero, el machismo en la forma de concebir la sexualidad (coitocentrismo), el machismo en la salud, el techo de cristal, la brecha salarial, etc. Pero lo vamos a dejar aquí porque si no la entrada se haría muy larga y, porque al fin y al cabo, este blog trata sobre las TIC y sobre educación. Si queréis hablar conmigo sobre alguno de estos temas podéis hacerlo en comentarios.
En conclusión, si queremos acabar con las noticias como estas, debemos trabajar desde la educación, ofreciendo al alumnado una educación feminista y basada en la igualdad entre hombres y mujeres. Debemos ser el ejemplo feminista en el que puedan apoyarse e imitar. Que desde sus primeros años aprendan a ver ese tipo de pequeños gestos machistas como algo que no debe ser así, como algo fuera de lugar. Y por supuesto, ofrecer una educación sexual de calidad, explicándoles todo lo que deben saber y no dejando esto en manos de la pornografía y de Internet. Así nos ahorraremos muchas violaciones y muchos disgustos.
Reflexionad sobre ello.
P.D.: Este tema da mucho sobre lo que hablar, como el acoso callejero, el machismo en la forma de concebir la sexualidad (coitocentrismo), el machismo en la salud, el techo de cristal, la brecha salarial, etc. Pero lo vamos a dejar aquí porque si no la entrada se haría muy larga y, porque al fin y al cabo, este blog trata sobre las TIC y sobre educación. Si queréis hablar conmigo sobre alguno de estos temas podéis hacerlo en comentarios.
Excelente entrada!
ResponderEliminarGracias😊
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